Richard arregló su salida de San Lorenzo luego de una jornada con su copyright: bien mediática y con declaraciones bomba, pero que al final terminó a los abrazos.
Caruso
quedó sentenciado en Ideas del Sur y los dirigentes decidieron que
abandonara el certamen tras su décima presentación. La previa estuvo
divertida, pero su performance tuvo algunas equivocaciones que no le
fueron perdonadas. Al ex técnico de Boedo no le alcanzó el puntaje,
pero fue el show de ayer lo que terminó de sacarlo de la pista. Y por
decisión unánime.
Al Tano le pegó duro su salida del club, e improvisó un raid mediático para intentar dar vuelta la historia. Primero se enfureció cuando leyó en Olé la charla íntima en la que le había ofrecido a Lammens desvincularse del club a cambio del premio por la salvación y cobrar su sueldo hasta enero. Pero, así y todo, su monólogo sonó entretenido. “Nunca sentí el respaldo de la dirigencia. Me hicieron las mil y una para que me enojara, y yo nunca me enojé. Porque seguro habrán dicho ‘metele un poquito de púa, que sabés cómo salta este gordo, enseguida empieza a abrir la boca y a hacer quilombo y pega un portazo y se te va’, pero como no lo hice, no lo pueden creer. Si me quieren echar, que me echen, porque yo no renuncio”, anunció en La Red mientras regresaba a su casa, un rato después de recibir el apoyo de los referentes y avisarles a sus jugadores que los esperaba esta mañana en el Bajo Flores para subir al micro con destino a Los Cardales.
Cuando Caruso cortó la conversación, en la que denunció que “esperaba a Lammens por el club y nunca apareció”, vio que tenía dos llamadas perdidas de Tinelli. Y cuando intentó comunicarse con él, el showman ya estaba reunido en su empresa con Juan Antonio Pizzi.
“Ellos armaron una campaña con los periodistas para sacarme, está clarísimo. Soy el técnico y no importa si hablaron con Pizzi o con Víctor Fernández. Es más, no sé ni quién es ese Fernández, pero me dijeron que estuvo viendo el partido con los dirigentes. Y si quieren que lo miren con Van Gaal, el tema es que tiene que haber un respeto hacia el técnico. Es más, recién llamé a Marcelo y me dijo que estaba en reunión, así que debe estar con Pizzi”, se lamentó.
Pícaro, Caruso se salió con la suya: se dio una vuelta por Colegiales para ver cómo venía la mano (”fui a lavar el auto a un par de cuadras”, se excusó) y observó que en la vereda de Ideas del Sur había varios cronistas que cubren San Lorenzo. Pasó despacito, en primera. Y vio que hasta Falcioni, de casualidad, andaba dando vueltas por ahí. Y se puso a hacer tiempo, hasta que lo llamaron. “Bueno, creo que vengo a romper un contrato, pero esta bien, son cosas que pasan”, se presentó Richard y, tras un chicaneo con los periodistas, apareció en la pantalla de ¡La Previa del Show, con Teto Medina! Bizarrísimo.
Ahí, en el cuarto piso de Olleros 3551, charló cuatro horas y media con Lammens, el tesorero Leonardo Lipera, el protesorero Víctor Trigo y el prosecretario Marcelo Ercolano (Tinelli eligió prepararse para el programa con su producción) y llegaron a un acuerdo: el Tano cobrará hasta su último día de trabajo, el aguinaldo de diciembre y el premio por salvarse del descenso. Además, dirigirá hasta que el club cierre un acuerdo con su reemplazante. Es decir: estará en la práctica de hoy y tal vez en la de mañana. “Terminamos a los abrazos y ojalá sea una decisión buena para el club. Pero no sigo, eh”, avisó, por las dudas, Richard. Otro showman.
Al Tano le pegó duro su salida del club, e improvisó un raid mediático para intentar dar vuelta la historia. Primero se enfureció cuando leyó en Olé la charla íntima en la que le había ofrecido a Lammens desvincularse del club a cambio del premio por la salvación y cobrar su sueldo hasta enero. Pero, así y todo, su monólogo sonó entretenido. “Nunca sentí el respaldo de la dirigencia. Me hicieron las mil y una para que me enojara, y yo nunca me enojé. Porque seguro habrán dicho ‘metele un poquito de púa, que sabés cómo salta este gordo, enseguida empieza a abrir la boca y a hacer quilombo y pega un portazo y se te va’, pero como no lo hice, no lo pueden creer. Si me quieren echar, que me echen, porque yo no renuncio”, anunció en La Red mientras regresaba a su casa, un rato después de recibir el apoyo de los referentes y avisarles a sus jugadores que los esperaba esta mañana en el Bajo Flores para subir al micro con destino a Los Cardales.
Cuando Caruso cortó la conversación, en la que denunció que “esperaba a Lammens por el club y nunca apareció”, vio que tenía dos llamadas perdidas de Tinelli. Y cuando intentó comunicarse con él, el showman ya estaba reunido en su empresa con Juan Antonio Pizzi.
“Ellos armaron una campaña con los periodistas para sacarme, está clarísimo. Soy el técnico y no importa si hablaron con Pizzi o con Víctor Fernández. Es más, no sé ni quién es ese Fernández, pero me dijeron que estuvo viendo el partido con los dirigentes. Y si quieren que lo miren con Van Gaal, el tema es que tiene que haber un respeto hacia el técnico. Es más, recién llamé a Marcelo y me dijo que estaba en reunión, así que debe estar con Pizzi”, se lamentó.
Pícaro, Caruso se salió con la suya: se dio una vuelta por Colegiales para ver cómo venía la mano (”fui a lavar el auto a un par de cuadras”, se excusó) y observó que en la vereda de Ideas del Sur había varios cronistas que cubren San Lorenzo. Pasó despacito, en primera. Y vio que hasta Falcioni, de casualidad, andaba dando vueltas por ahí. Y se puso a hacer tiempo, hasta que lo llamaron. “Bueno, creo que vengo a romper un contrato, pero esta bien, son cosas que pasan”, se presentó Richard y, tras un chicaneo con los periodistas, apareció en la pantalla de ¡La Previa del Show, con Teto Medina! Bizarrísimo.
Ahí, en el cuarto piso de Olleros 3551, charló cuatro horas y media con Lammens, el tesorero Leonardo Lipera, el protesorero Víctor Trigo y el prosecretario Marcelo Ercolano (Tinelli eligió prepararse para el programa con su producción) y llegaron a un acuerdo: el Tano cobrará hasta su último día de trabajo, el aguinaldo de diciembre y el premio por salvarse del descenso. Además, dirigirá hasta que el club cierre un acuerdo con su reemplazante. Es decir: estará en la práctica de hoy y tal vez en la de mañana. “Terminamos a los abrazos y ojalá sea una decisión buena para el club. Pero no sigo, eh”, avisó, por las dudas, Richard. Otro showman.
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